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Con un cuerpo que parece esculpido por los dioses, ella no toma reparo en sacarle provecho. Es común que quien perdió la lotería genética, diga que lo que importan son los sentimientos y que hay que cultivar el cerebro, otra excusa de los mediocres para sentirse mal ante una chica guapa. Por eso la negra se pone a cuatro patas para que una lamida y luego lo único que quiere es tener a este tío dándose gusto mientras le clava el ojete. Le gustan las folladas anales y sabe que cualquier mortal estaría feliz de meterle la polla por detrás, así que no hace más que disfrutar su regalo.